¿Cuáles son los cambios que trae la ley de cultura general de Panamá? ¿en qué nos beneficia como ciudadanos y gestores culturales? reflexionando alrededor de estas dos interrogantes, les comparto mis conclusiones.

Una de las cosas más importantes de la ley de cultura aprobada, es la batería de nuevos conceptos que introduce dentro del marco legal panameño, estos conceptos servirán de referencia y base legal para seguir desarrollando políticas públicas culturales.

Ya siendo parte de la ley panameña, se le puede adjudicar a la cultura fondos de manera oficial, los que trabajamos dentro del mundo cultural, sabemos que esto es muy importante, porque a pesar de que hay mucha gente interesada en proyectos culturales de beneficio, es casi imposible para una institución del estado justificarlo. Con la ley de cultura ya se entiende legalmente hablando esta necesidad y su importancia dentro de las estrategias de desarrollo nacional, con lo cual podrá existir presupuesto para las mismas sin tener problemas en Contraloría por ejemplo.

Ahora, es importante que la administración del Ministerio de Cultura se dé la tarea de sensibilizar a todos los estamentos del gobierno, sobre los cambios legales que implica la Ley, para que esto, en la práctica, sea una realidad.

Otro cambio que establece esta ley, es el Plan Nacional de las Culturas, el cual espera tener una vigencia de 20 años, el gran cambio aquí, es contar con una estrategia cultural de Estado, a diferencia de las estrategias y planes que terminan durando solo 5 años, este busca un alcance mayor. Tiene sentido, ya que encaminar una institución de la magnitud de un Ministerio de Cultura, tras tantos años de ausencia, requiere procesos profundos y en la realidad, eso no se logra de la noche a la mañana.

El reto aquí será el consenso sobre qué culturas, qué valores, qué historias, buscarán instaurar estas nuevas políticas. Recordemos que no estamos hablando solamente de expresiones artísticas e industrias culturales, estamos hablando también de maneras de ser y percibir las cosas. De este plan dependerá lo que los ciudadanos en 20 años, considerarán valioso, bueno o malo.

Otro gran cambio, es la regulación de los Patronatos, y que básicamente establece que deben responder al Ministerio de Cultura, con todo lo relacionado a la administración de nuestro Patrimonio Cultural. Creo que esto puede apoyar a una mejor integración de los mismos con respecto a sus territorios, además del otro lado, creo que en virtud de esta misma ley, ellos no deberían estar solos, económica y socialmente hablando, haciéndose cargo de la conservación y divulgación del patrimonio.

Y finalmente lo que todos estaban esperando, programas de fomento y fondos concursables, para proyectos culturales. Esto permitirá la subsistencia de proyectos menos comprometidos con la ganancia económica y más comprometidos con la ganancia social. Recordemos que este tipo de mecanismos, suelen ser la mayor fuente de financiación de proyectos culturales en todo el mundo.

Esto le permite a cada país construir una propuesta propia, enriquecer su capital social y cultural, y reducir las desigualdades dentro de su territorio lo cual termina fomentando a mediano y largo plazo el desarrollo de más proyectos, emprendimientos y empresas culturales y creativos, con sentido, productos y servicios de calidad que puedan competir a nivel internacional y suplir la demanda local, recordemos que según el análisis realizado por el MEF en 2018, la importación y por lo tanto el consumo de productos culturales de afuera es superior a la oferta local actual.

Los beneficios a corto plazo, serán los nuevos fondos oficiales destinados a la cultura; a mediano plazo, el fortalecimiento del ecosistema cultural y creativo ya existente, y a largo plazo, si todo sale bien, una sociedad panameña que esté más dispuesta a encontrar sus preguntas y respuestas desde las humanidades y la diversidad cultural.

La autora es gestora cultural

lili
Lyann Leguísamo

Lyann Leguísamo (1993), es cofundadora de Open Arts PTY, articuladora cultural de proyectos con base en la innovación social, se ha destacado como coordinadora de programas educativos y de desarrollo de emprendimientos creativos y culturales en Panamá, con instituciones de administración pública y organismos de cooperación internacional asociados a gobierno abierto, economía naranja, innovación social, educación y cultura.