Ser parte de @CoworkingPTY me da la oportunidad de escuchar muchos proyectos y muchos puntos de vista, ser mentor e inversionista me permite tener una óptica especial pues cuando algún emprendedor o emprendedora me pide consejo, tengo en mente siempre que ese proyecto sea realmente susceptible de inversión.
A medida que pasan los años comienzo a notar ciertos patrones los cuales me gustaría compartir.

El primero y más importante es la falta de claridad por parte de los equipos de trabajo en cuanto a su propuesta de valor, para aquellos que usamos la herramienta del “business model canvas” la mejor forma de saber si el modelo de negocio tiene sentido es leer la propuesta de valor, para mi el sello de una buena propuesta de valor se evidencia cuando consiste en una frase muy clara, algo como “ crear una plataforma digital para intercambio de información de colombianos en el exterior” o “aplicación móvil que permita a los usuarios de transporte masivo, saber las rutas y estado del sistema” , frases que resumen de una forma muy concisa la razón por la cual las personas estarán dispuestas a pagar por el producto o servicio.

El segundo está muy relacionado con el primero y es olvidar el “dolor” que generó toda la idea. Cuando va en su auto y cae intempestivamente en un bache y “todo suena” , uno se dice “que mal…deberia de existir algo que ayude a evitar que esto pase” ese es el dolor, entre más fuerte y más extendido es un dolor, más posibilidades existen de encontrar mercado para la propuesta de valor que representa nuestro emprendimiento.

El tercero y último que deseo compartir en esta nota es la falta de un plan bien pensado. Aquellos que emprenden tienen normalmente un gran entusiasmo lo que es muy positivo, pero a veces pretenden usar ese entusiasmo como reemplazo de la estrategia. La suerte está del lado de aquel que no cuenta con ella, se tiene que tener la capacidad de improvisar para sortear imprevistos, pero sin una estructura clara no se sabe de donde partir ni que es lo que se debe reorientar.

El negocio de los emprendimientos o “startups” no es muy complicado, alguien arranca con una idea y va sumando interesados, tanto inversionistas como clientes o usuarios, a medida que se suman los primeros, se van cediendo porcentajes del negocio pero se gana en cuanto el negocio se hace cada vez más grande. No es malo ceder acciones, es parte del ecosistema, es mejor ser dueño del 5 % de algo grande que funcione a tener el 100 % de una cosa que no arranca.

Ya nuestro barrio ( latino américa ) tiene varias experiencias exitosas creando ecosistemas de innovación y emprendimiento, y así como uno no “madura un mango dándole consejos”, así cada país, ciudad, cluster, va a madurar a medida que logre unir a los suyos.

 

Pedro Colmenares